FERNANDO MONTES DE OCA
R/A. RIBERA ALTA 3A. SECCIÓN CENTLA, TABASCO Z.E. 09 SECTOR 07 "2010, AÑO DEL BICENTENARIO"
miércoles, 21 de julio de 2010
Nació el 29 de mayo de 1829 en Atzcapotzalco, siendo hijo de don José María Montes de Oca y de doña Josefa Rodríguez de Montes de Oca. En 1847, al ver invadida su patria por los norteamericanos, sintió deseos de aprender a defenderla, por lo que solicitó su ingreso al Colegio Militar, en el mes de enero de ese año; Ingresó el 24 de ese mes, causando alta en la Primera Compañía de Cadetes, en la que empezó su aprendizaje en la carrera militar, que duró tan poco.
Su solicitud de ingreso fue concebida en los siguientes términos: "Señor director: Fernando Montes de Oca, hijo de D. José María Montes de Oca, difunto, y de doña Josefa Rodríguez, ante V.S., con el debido respeto, hace presente que, deseando servir en la gloriosa carrera de las armas y teniendo la suficiente edad para comprenderla, así como los conocimientos necesarios de primeras letras, viendo al mismo tiempo lo invadida que está nuestra República y queriendo serle útil en la actual guerra con los Estados Unidos del Norte; juntando con ésta los certificados y escritos que se me piden, a V.S. suplica encarecidamente se sirva admitirlo en la clase de alumno en el Colegio Militar, que dignamente manda...
Montes de Oca fue uno de los alumnos del Colegio Militar que, el 13 de septiembre de 1847, a la vista de los norteamericanos que amagaban a la ciudad de México, no hizo caso a las recomendaciones que les hiciera el director, general Monterde, para que se refugiaran en sus casas, dejando el colegio a los soldados defensores; sino se quedó dentro del Castillo, y cuando se enteró que lo atacaban los invasores, se armó y se dispuso a presentar batalla. En su expediente se narra su muerte como sigue:
"... Muerto por la patria.., al saltar una ventana que daba al rancho de Anzures, para incorporarse al resto de los alumnos, que defendían la entrada del Bosque, desde el Jardín Botánico. Fue cazado por los norteamericanos, que ya se habían adueñado de la azotea. Su cadáver quedó abandonado por tres días... "Su madre obtuvo, después, ocho centavos diarios de pensión. Y como a los demás Niños Héroes, a Montes de Oca le fueron rendidos los honores de la patria, en el año de 1952, con las imponentes ceremonias con que sus restos fueron rescatados y depositados en urnas de cristal y de plata, en el Monumento de Chapultepec.
Naturalmente que en las batallas contra el invasor americano, se produjeron muchos actos de heroísmo, entre los soldados y los civiles mexicanos, pero a los Niños Héroes se les ha distinguido en la veneración patria, porque ofrendaron sus vidas cuando apenas empezaban a vivir. Manuel Ruiz, por ejemplo, luchando en Padierna, ya herido, salvó una bandera mexicana; Alejandro Argandar perdió heroicamente el brazo izquierdo, en la batalla del Molino del Rey; cuatro aspirantes de marina: dos de primera, Francisco Villaseñor y Manuel Marabato, y dos de segunda, Félix Gómez y Joaquín Marabato, murieron también combatiendo a los americanos.